
Desde la aprobación de decreto de la escuela inclusiva -el 150/2017- hace ocho años, Cataluña ha dado pasos positivos en esta dirección -escolarizar alumnos con discapacidad es escuelas ordinarias-, pero todavía queda mucho camino por andar y el sistema presenta muchas carencias persistentes que hace que no se esté garantizando “la plena inclusión del alumnado con necesidades especiales”. Así lo concluye el informe elaborado por la Síndica de Greuges, Esther Giménez-Salinas, que realiza un diagnóstico de la situación actual, apuntando como principales problemas la falta de recursos humanos, la poca preparación del profesorado para atender a este tipo de criaturas y a la necesidad de un cambio cultural profundo.
